Carácter y Funcionalidad
Cuando paseas junto a un Shetland Sheepdog, mucha es la gente que se para, intrigados por su pequeño tamaño, para preguntar si se trata de un cachorro o es una versión miniatura de alguno de sus primos mayores de la familia Collie más populares, como el Rough o el Border Collie, y es que, aunque el número de ejemplares en España va creciendo cada año, estos pequeños pastores aún no son muy conocidos en nuestro país.
Origen e Historia
Estos pequeños pastores son de origen Británico, y como su nombre indica, provienen de las Islas Shetland. Éstas se encuentran situadas en los salvajes mares entre Escocia y Noruega, un factor nórdico muy importante en su historia, ya que se sospecha que los perros antecesores de los actuales shelties (como también son llamados cariñosamente) desembarcaron en estas islas de la mano de los mismísimos vikingos. En sus drakkars viajaban perros de tipo spitz, y en concreto los de menor tamaño, que eran utilizados para la vigilancia de las granjas, se quedaron en las islas desempeñando esta función. El pequeño tamaño resultó un factor deseado en los perros de granja de las islas debido al escarpado e inhóspito del terreno y la capacidad limitada de las explotaciones, donde no tenían cabida los perros grandes.
Así pues, en este marco y recibiendo también aportes de otros perros de marineros durante los posteriores siglos, como el Buhund Noruego o el Yakki de los balleneros islandeses, se fueron gestando los que por aquella época fueron conocidos como los toonie dogs, seleccionando perros pequeños, valientes, robustos pero a su vez muy ágiles y poco exigentes que soportaran bien el clima frío y húmedo y participaban en las labores de vigilancia y pastoreo en las granjas.
La raza sufrió un riesgo de extinción cuando la ganadería de las islas sufrió importantes cambios y las explotaciones aumentaron su tamaño, permitiendo el desarrollo de rebaños mucho más importantes, y que pronto exigió la importación de razas de pastor capaces de conducirlos, perros que los lectores de esta revista conocen bien: los antecesores del Border Collie. Así pues, éstos también aportaron su granito de arena a la formación del actual Shetland Sheepdog, mezclándose con los antecesores de los Shetlands que vivían en las islas. Para evitar que éstos desaparecieran y la raza fuera absorbida por estos nuevos perros importados, se formaron los primeros clubes para proteger al Shetland Sheepdog, que dictaron los primeros estándares y pronto ésta fue reconocida por el Kennel Club, que lo determinaron con una apariencia del Collie en miniatura, lo que llevó durante muchas generaciones a cruzarse con ejemplares de Rough Collie de pequeño tamaño, hasta fijarse el actual sheltie.
Cómo es el Shetland Sheepdog
En el apartado anterior, en su historia, residen las claves que componen al Sheltie actual. Su carácter y apariencia están íntimamente ligados a las razas con las que se encuentran emparentados: la dulzura, elegancia y majestuosidad del Rough Collie, ruidosos y con fuerte carácter como los Spitz, una gran disposición al trabajo y a agradar del Border Collie… Formando en apariencia a un perro pequeño y armonioso, dulce, ágil y delicado, pero que guarda en su interior una gran personalidad, y es que no debemos olvidar que se trata de un perro de pastor.
Aunque la apariencia del Sheltie lo hace un perro muy espectacular y atractivo, el factor que realmente conquista es su carácter, y hace que los propietarios que han tenido uno muy a menudo repitan. No debemos dejarnos engañar por su pequeño tamaño. Se trata de un perro dulce y con una gran sensibilidad, sabe acompañarte en los momentos de tranquilidad cuando lo requieren, y a la vez, en los momentos de acción sabe hacerse grande y sacar un fuerte carácter, incansable, trabajador, como buen perro pastor.
En general, se trata de un perro muy activo, al que le encanta correr de una lado a otro y dar largos paseos, perseguir y ser perseguido, le encanta jugar e interactuar con su amo, siempre alegre, pero que en casa sabe estar tranquilo, excepto cuando llaman a la puerta, pues suele tratarse de una raza bastante ladradora y avisador, aunque nunca debe mostrar malas intenciones. Su naturaleza de vigilante de las granjas hace que se trate de perros bastante desconfiados con los desconocidos, y algunos ejemplares pueden mostrarse más tímidos o miedosos. El propietario de un Shetland debe ser consciente de esta característica y a la hora de adquirir un cachorro. Es especialmente importante asegurarnos que proceda de un ambiente familiar en el que se preocupen por la correcta estimulación y manipulación de los cachorros (además lógicamente de las pruebas de salud de ambos padres), así como una vez llegue el cachorro a casa, planificar una correcta socialización durante las primeras semanas más críticas. Con estas pautas podremos ahorrarnos muchos dolores de cabeza, y disfrutar de un compañero ideal.
Su utilidad como perro de pastor actualmente es prácticamente nula, pero aún son muchos los aficionados a la raza que siguen cuidando de su instinto y acuden a seminarios y pruebas de actitud frente al ganado, y es que, aunque no ha habido una clara selección por funcionalidad ya que hace muchas décadas que dejó de desempeñarla, su carácter trabajador y su necesidad de agradar al amo no se ha perdido en ninguna de sus líneas. Este carácter dinámico, vivo e incansable, han hecho del Shetland una de las razas más populares entre las diferentes disciplinas caninas, muy especialmente el agility, donde se han convertido en los reyes de las categorías más pequeñas: en el pasado campeonato del mundo de agility fue la segunda raza más numerosa con 145 shelties inscritos, por detrás del Border Collie.
En resumen, al igual que los demás integrantes de la familia Collie, el Shetland Sheepdog se trata de una raza sorprendente y especial, que enamora, deja huella y crea cierta adicción :)